Extremismo Neoliberal

Por años nos dijeron que el mercado es capaz de autoregularse y que no necesita intervención estatal, pero parece que no contaban con la "astucia" del chileno que corrompió la oferta, se coludió y transformó el mercado en un robo legalizado que muchos comienzan a llamar extremismo neoliberal.


        

Fueron suficientes los hechos de colusión como para imaginar que prácticamente todo el mercado chileno estaba coludido en algo y que sólo faltaba su destape. Había que pensar muy mal de nuestros compatriotas empresarios, pero lo triste es que NO nos equivocábamos, ayer se destapó otra colusión, la de los Supermercados, los mismos que dicen tener los precios más bajos y más convenientes para la dueña de casa (o colusión de los pollos, como sea, todos entran el mismo saco). Qué infamia.

En un país donde el 70% de los chilenos tiene un ingreso menor a 400 mil pesos y las utilidades de las empresas son millonarias, los muy descarados se ponen de acuerdo para mantener los precios altos en sus productos.

Lo que ocurre en el país me parece que es una deslealtad imperdonable; una bofetada a todos los chilenos que creemos en una sociedad justa.

¿Dónde quedó el valor de la honestidad?


Todas y todos sabemos de dónde se hereda la libre competencia sin ataduras ni reglas por parte del Estado (si no le queda claro, recuerde que mentir le hace crecer la nariz) y que fue diseñada para beneficiar a un grupo privilegiado de chilenos. Todos sabemos que nuestra élite política de la derecha y la nueva mayoría no sólo no han hecho nada para castigar la colusión sino que la han permitido, han hecho vista gorda a todos estos fraudes y siguen defendiendo con uñas y dientes la libre competencia.

Y la colusión no queda sólo en las farmacias, el confort y los supermercados que es lo visible, sino que también en Educación, Salud, Vivienda, Obras Públicas, Forestales, etc., en todo lo que huela a negocio redondo y que esté regulado deshonestamente desde los 80', con Gobiernos de turnos que no han tenido la voluntad política para hacer cambios estructurales ni poner límites, pues siempre se hace presente la mano negra del empresariado exigiendo, en virtud de su adorado mercado de libre competencia, robarnos hasta el último peso a vista y paciencia de las Autoridades, en un extremismo neoliberal que nos tiene hasta el cuello.

No estoy diciendo necesariamente que el Estado deba intervenir en esto, pero lo que si sostengo, es que no podemos seguir confiando en la "honestidad" y la astucia de los chilenos ni en los empresarios codiciosos ni en las autoridades comprometidas con los grupos económicos; necesitamos un cambio radical en las urnas.

La libre competencia ha generado colusión. A mi juicio la libre competencia es un fracaso por culpa del factor humano, por culpa de los deshonestos. Por tanto, tenemos que mirar hacia otro modelo económico o al menos hacer el esfuerzo de imaginar otra forma de mercado, fuera de este modelo económico ambicioso.

Acaso creían que no nos íbamos a dar cuenta en algún momento de este fraude del siglo? Acaso creen que los ciudadanos nos vamos a quedar de brazos cruzados mirando cómo nos roban despiadadamente?



Lo mínimo sería no preferir las marcas coludidas, pero ¿Cuál va a ser su forma de demostrar su indignación? o ¿no le interesa que nos roben?

Por: LUIS SALAS ESPINOZA



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